La Navidad es para los niños. Cuando uno se hace adulto, empieza a acordarse de otros tiempos y otras Navidades y de los que estaban en esos otros tiempos y ya no están. Además, en Navidad parece que ser feliz es una obligación. Los niños nunca se sienten obligados a ser felices. Lo son o no lo son.
Algo de esto transmite también esta película. Que la Navidad puede ser también una época triste, tan triste y tan feliz como lo puede ser cualquier otra época del año. Que quizá no comulgar con el espíritu general de la Navidad nos haga sentir raro, pero que a poco que investiguemos, veremos que el mundo está lleno de gente rara.
Feliz Navidad a todo los raros.
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