viernes, 30 de marzo de 2012

CUMBRES BORRASCOSAS (Amar como animales)



Título original:Wuthering heights. 
Dirección: Andrea Arnold 
Año: 2011.
Duración: 128 min. 
Interpretación: Kaya Scodelario (Catherine Earnshaw), James Howson (Heathcliff), Nichola Burley (Isabella Linton), Steve Evets (Joseph), Oliver Milburn (Sr. Linton), Amy Wren (Frances), James Northcote (Edgar Linton). 
Guion: Olivia Hetreed; basado en la novela homónima de Emily Brontë


  Un granjero de Yorkshire, durante un viaje a Liverpool, encuentra por las calles a un chico sin hogar y se lo lleva consigo a su casa para que viva allí como parte de su familia, en los aislados páramos de Yorkshire, donde el joven forja una obsesiva relación con la hija del granjero. 


  Esta enésima adaptación de la novela clásica de Emily Brontë huye deliberadamente del academicismo de las películas anteriores que sobre ella se han hecho y ofrece una propuesta radical, casi toda ella rodada cámara en mano (recurso que acaba por volverse cansino), con ausencia de banda sonora (salvo al final, con una excelente canción contemporánea que, ciertamente, descoloca un poco) y un lirismo exacerbado en sus imágenes, pura poesía visual que se deleita en el paisaje salvaje y tormentoso y conseguir así que el espectador sienta en sus carnes la pasión desenfrenada y rayan en la locura de sus protagonistas.


  Dotada de una sensualidad perturbadora en sus imágenes, esta película consigue un fiel retrato de aquello que la Brontë quería mostrar: las más altas pasiones humanas también pueden ser las peores. Su apuesta por crear un cine sensorial es un acierto, pues gracias a una maravillosa fotografía (premiada en la última Mostra de Venecia)y un impecable y cuidadoso diseño de sonido,  el espectador también se verá sometido a la lluvia, al frío, y al viento que azota a sus protagonistas. 


  Sin embargo, conforme avanza el metraje (algo inflado dado su ritmo lento y en ocasiones tedioso) sentimos cómo nos alejamos de la trama y de los protagonistas, incapaces de soportar tanta pasión desatada que llega incluso hasta la necrofilia. Como a los protagonistas, que para escapar de ella sólo les queda la locura o la muerte. Los jóvenes actores pueden tener algo que ver: esforzados y más que correctos no consiguen las magnéticas actuaciones que estos papeles requieren (perdonable si pensamos que sus predecesores son inigualables: Laurence Olivier, Juliette Binoche, Ralph Fiennes, por poner algunos). Fue una apuesta más por el verismo, suponemos, si tenemos en cuenta que el actor James Howson, que da vida al Heathcliff adulto, se presentó a las pruebas tras ver el anuncio en la oficina de desempleo, tras una infancia difícil y lastrada por pequeños delitos que le valían el desprecio y la marginación sociales. Como a su personaje, de quien se criticó la elección de un actor negro para encarnarlo, polémica que me resulta a todas luces estúpida teniendo en cuenta que en la novela se dice claramente que Heathcliff es gitano.


  El peligro pues, no es que nos dejemos llevar hasta el límite por la pasión (enjenación mental transitoria por excelencia)sino que ésta nos resulte indiferente.


jueves, 29 de marzo de 2012

EL BULLI: COOKING IN PROGRESS (Con las manos en la masa)



Dirección: Gereon Wetzel. 
País: Alemania
Año: 2011. 
Duración: 108 min. 
Género: Documental.
Intervenciones: Ferran Adrià, Oriol Castro, Eduard Xetruch. 


 Ferran Adrià y su equipo han hecho del aforismo “creatividad es no copiar”, de Jacques Maximin, el lema de su quehacer diario. Esta película documental alemana es una estrecha mirada a esa búsqueda desde la experimentación inicial hasta el estreno del plato final.


  En efecto, la película ofrece una mirada tan estrecha que se mimetiza con el frío (a la par que extrañamente apasionado) proceso de elaboración de recetas y platos inimaginables del que ha hecho gala el gran cocinero vasco, tanto, que casi se diría que no se dedica a la cocina sino a la alquimia. Más que una cocina, los fogones parecen un laboratorio bajo el mando de un genio peculiar que impone su mandato con carisma y confianza, pero también con una firmeza que a veces resulta tiránica.


  Interesante indagación en uno de los restaurantes y cocineros más sorprendentes y enigmáticos, cobra especial trascendencia ahora que el restaurante ha cerrado definitivamente sus puertas para convertirse en una fundación, y nos ofrece así, la única posibilidad que tendremos de "degustar" dichos platos. 


  Sin embargo, y como ocurre con la propia cocina de vanguardia (por cierto, el film también ofrece una interesante reflexión sobre los límites del arte)va dirigido sobre todo a un público específico, el de los entendidos, estudiantes de gastronomía, los sibaritas, o simplemente los que tengan tanto dinero como para pagar el menú, si se hubiera dado el caso. Una película destinada a los seguidores de Adriá, si bien los mayores descubrimientos de la película son sus colaboradores más estrechos, que llegan a ocupar una parte importante del metraje.


  A los que nos conformamos con unos huevos fritos, la película se ve con cierto distanciamiento llegando incluso a aburrir, sobre todo dada su larga duración, lo lento de su ritmo y su afán tremendamente descriptivo, hasta el punto de mostrarnos en foto fija toda la carta de platos, uno por uno, tras veinte minutos de plano fijo viendo cómo come el cocinero las creaciones de su equipo. 

  

miércoles, 28 de marzo de 2012

MI HIJO Y YO (De tal palo, tal película)



Título original: Les fils à Jo. 
Dirección y guion: Philippe Guillard
Año: 2010. 
Duración: 95 min. 
Interpretación: Gérard Lanvin (Jo Canavaro), Olivier Marchal, Vincent Moscato (Pompon), Jérémie Duvall (Tom), Karina Lombard (Alice Hamilton). 


  Nieto de una leyenda del rugby, hijo de una leyenda y él mismo una leyenda del rugby, Jo Canavaro cría solo a su hijo de 13 años, Tom, en un pueblecito del Tarn. Para desgracia de Jo, Tom es tan bueno en matemáticas como inútil en el terreno de juego. Pero para un Canavaro la leyenda no puede quedarse ahí, aunque haya que montar un equipo de rugby para Tom contra la voluntad de todo el pueblo y de la de su propio hijo.


  Película agradable y poco más (que no es poco). Si no fuera por "Intocable", que ha supuesto un fenómeno social en Francia convirtiéndola en una de las películas más taquilleras de aquel país, estaríamos hablando de la comedia francesa del año (para nosotros, porque en Francia se estrenó ya hace tiempo). Si no fuera porque es francesa estaríamos hablando de la típica película que emiten en la sobremesa de los sábados: personajes amables y algo tópicos, un hombre todavía dolido por la muerte de sus esposa que descubre el amor al mismo tiempo que refuerza la relación con su hijo, al que no entendía, secundarios también amables (incluso hay uno medio retrasado, que siempre es más tierno), etc.


  La originalidad parece ser que el deporte salvador que redime a los protagonistas y les lleva a realizar sus sueños es el rugby, deporte de mucho más calado en Francia (es una potencia, ganado incluso mundiales) que en España. A mí, sinceramente, este tipo de películas con temática deportiva, por lo general, no me emociona especialmente, o no más que el resto. Y además, acuso ya cierto cansancio y desgana para con este tipo de tramas, y creo que no soy el único (por lo que se agradecen ciertas desviaciones, aun dentro de las convenciones, como fuera la reciente "Moneyball"). En el caso de esta película que no destaca  entre tantas otras, el amor al rugby, concebido como una enseñanza vital, formadora de la juventud, que da valores eternos, etcétera,nos viene de la mano de un antiguo jugador de rugby metido a director. Y hace un trabajo digno en cuanto dirección: los actores están correctos y disfrutan, la fotografía es correcta, la música está bien pensada, la historia está bien contada... Es una película correcta, vamos.


  Aun así, reconozco que los franceses son unos maestros haciendo comedias sencillamente simpáticas, reconfortantes, de esas simples que atraen espectadores poco exigentes o que necesitan descansar de grandes y complejas historias (cosa imprescindible y casi diría que obligada, la de no ver exclusivamente cine de arte y ensayo, por propia salud mental) y que dejan buen sabor de boca, aunque luego uno se olvide de ellas a los cinco minutos
  
  Poco más, que (a veces y según como se tenga el ánimo) no es poca cosa. 


  

jueves, 22 de marzo de 2012

Yo me acuerdo de esa escena de... La mujer pantera (1942)

  Una extraña y atractiva mujer de origen serbio empieza una relación con un hombre norteamericano al mismo tiempo que extrañas pesadillas protagonizadas por felinos la atormentan, así como sucesos inquietantes y muertes se desenvuelven en su entorno de manera inexplicable. Según la leyenda medieval, una maldición pesa sobre los habitantes de su aldea natal, convertidos por la noche en peligrosos felinos debido a su maldad. De ahí su título original: "Cat people".

  Joya del cine de terror fantástico, esta corta película, a pesar del tiempo transcurrido y de la pérdida de "impresionabilidad" del público, cada vez más acostumbrado a la casquería y las escenas explícitas y sangrientas, sigue siendo efectiva en su única pretensión: entretener dando miedo, pero un miedo basado en lo que no se ve, sino en lo sugerido, sabedor de que cualquier cosa que imaginemos nos torturará más que cualquier imagen que nos echen a los ojos. En este sentido, el espectador es su peor enemigo. Esta película, que hizo de su falta de presupuesto su mejor arma, conoció un gran éxito de crítica y público, y fue homenajeada por la excelente crítica a los entresijos de Hollywood titulada "Cautivos del mal" (The Bad and the Beautiful), basada en anécdotas reales y en la que el productor que es Kirk Douglas logra un éxito inesperado con su primera película rodada con cuatro perras "La maldición de los hombres pantera" en la que, por falta de dinero, lo único que pueden mostrar de las panteras, son unos ojos que brillan en la oscuridad. En "La mujer pantera" es el uso recurrente de un rugido estremecedor en la oscuridad lo que dota de presencia al mal que no se ve y cuya mejor muestra es la que es quizá la mejor y más famosa escena de persecución no motorizada de la historia del cine.

  Esta película conoció también un  remake realizado en 1982 por Paul Schraeder y protagonizado por Natassja Kinski, una versión más explícita (en cuanto a sexo y violencia) pero mucho menos perturbadora. Es interesante comparar los cambios entre esta escena de la piscina con aquella otra de su versión ochentera (empezando por el innecesario topless de la actriz) y cómo, a pesar del tiempo, la original es más efectiva e inquietante. (Una cosa que no viene a cuento: Cómo la bellísima Natassja Kinski pudo tener como padre a un ser tan feo, aunque genial actor, como Klaus Kinski, es otra historia, un misterio de la genética que debería ser estudiado.)

  Por cierto, "Cat People", es también el título de la canción que David Bowie compuso para ese "remake", y que, como curiosidad, también está presente en una escena de "Inglorious Basterds" (curiosamente, película en la que Natassja Kinski volvería a la primera línea cinematográfica interpretando a Bridget von Hammersmark, papel que finalmente recayó en Diane Kruger). ¿Recuerdan cuál?

lunes, 12 de marzo de 2012

Yo me acuerdo de esa escena de... Big Fish (2003)

A chi non lo rivedrà più

  La muerte de Edward Bloom, reconciliado finalmente con su hijo William, que ha entendido que la vida de un hombre son también sus historias. Que la vida quizá no sea más que una ficción. Personajes todos, unos vivimos cuentos de pocas páginas, y otros, novelones de más de mil. Pero no es el número de páginas lo que importa, sino la intensidad de la historia. Puede enseñar y emocionar más una parábola que una saga de varios volúmenes. 

  Lo que importa es la calidad del personaje protagonista, su impronta en la increíble historia de su vida, de nuestra vida.   Increíble porque, como decía Albert EinsteinHay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.
  
  Y así, si no nos reconciliamos con el Narrador, nos reconciliamos con una parte de la Historia, aquélla en la que personaje vivió, amó y creó. Porque, como dice William Bloom:

Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él ya no está. De esta forma, el hombre se hace inmortal.  


  P.S.: Para la banda sonora de la película, Eddie Vedder compuso una maravillosa canción que suena en los títulos de crédito finales y que por sí sola ya se ha convertido en un canto de vida y nostalgia. 



Good bye for now.

sábado, 10 de marzo de 2012

Yo me acuerdo de esa escena de... Philadelphia (Jonathan Demme, 1993)

  Impresionante escena de esta película, más valiosa por las interpretaciones de sus actores principales y por desmitificar y hacer un relato humano de la enfermedad del SIDA, que por la película en sí, que sin ser mala, ni mucho menos, no llega a la altura de otras obras del mismo director (después de El silencio de los corderos no queda sino caer).

  En todo caso, es una de las películas más destacadas de los años 90 y cuenta con una de las interpretaciones más aplaudidas de la Historia, con un Tom Hanks en estado de gracia, increíble actor cuyo empeño por ser el hombre estadounidense modélico, el marido perfecto, campechano sin mácula, me resulta un poco cargante (su homólogo español, salvando las insalvables distancias sería Ramón García, ese hombre querido por todos y del que nadie sabe qué piensa realmente). De cualquier manera, su actuación en esta película y en esta escena en particular en sencillamente impresionante. La intensidad con la que su personaje se agarra a una vida que sabe que se le escapa al mismo tiempo que lucha por su dignidad queda magníficamente retratada en esta escena que usa la música como conductor de las emociones y pensamientos íntimos del protagonista, tomando prestada la voz de Maria Callas (y también de Bruce Spingsteen, cuya canción "Streets of Philadelphia", compuesta para la película, ganó el óscar, así como Tom Hanks).

  Poco más se puede pedir.

miércoles, 7 de marzo de 2012

INTOCABLE (La risa insospechada)



Título original: Intouchables. 
Dirección y guion: Eric Toledano y Olivier Nakache. 
Año: 2011. 
Duración: 109 min. 
Interpretación: François CluzetOmar Sy, Audrey Fleurot, Anne Le Ny. 
  
  Comedia centrada en la inesperada amistad que surge entre dos personas con nada en común y maneras muy diferentes de entender la vida: un millonario que se ha quedado tetrapléjico debido a un accidente y el hombre al que contrata para que lo cuide, un inmigrante procedente de los suburbios de París que acaba de salir de la cárcel.

  El recurso cómico de mostrar la disparidad de caracteres de dos personajes antagónicos y a pesar de ello artífices de una amistad inquebrantable es ya viejo (desde Don Quijote y Sancho Panza hasta Jack Lemmon y Walter Matthau en "La extraña pareja", por poner dos ejemplos entre mil) y hasta cierto punto se lo puede considerar un recurso fácil, si no fuera porque este tipo de relaciones se dan con maravillosa frecuencia en la vida real (yo tengo amigos del alma a los que mataría cada día si no fuera porque los quiero mucho), de ahí provenga quizá la efectividad de este tipo de historias, que las hace verdaderamente disfrutables a pesar de conocer ya sus entresijos. 

  Aunque se basa en la inusitada y real amistad que el aristócrata Philippe Pozzo di Borgo entabló con su cuidador Abdel Sellou y que narró hace diez años en su libro "Le second souffle" (ahora reeditado con el mismo título que el film) no es, en sí, una gran película: adolece de débiles tramas secundarias apenas explicadas y por la misma razón se detiene poco en cerrarlas, así como de algunos chistes fáciles, pero sin duda, el conocimiento de que se trata de una historia real le da un calado especial a las vivencias de estos dos hombres, pues sobre su pareja protagonista masculina donde recae todo el peso de la película. François Cluzet hace un alarde de una humanidad y emoción en todo momento creíbles únicamente con sutiles expresiones faciales. Pero el gran descubrimiento y motor de la película es Omar Sy, actor y humorista ampliamente conocido y querido en Francia por una popular serie de breves sketches cómicos, Service après vente (SAV) y que en este film despliega todos sus recurso cómicos al servicio de un humor irreverente pero entrañable, para nada condescendiente con el tetrapléjico objeto de sus burlas políticamente incorrectas, brindando momentos de pura carcajada como la sesión de afeitado. Por este papel se ha convertido en el primer actor negro en ganar el premio César del cine francés al mejor actor principal, premio que recibió con la misma gracia que su personaje
  
  Todo aderezado con una maravillosa banda sonora del genial compositor italiano Ludovico Einaudi en la que incluye temas previamente compuestos como "Una mattina" y que quizá merecería mayor presencia en ciertos momentos de la película. 

  No es una obra maestra, pero es magistral en su única pretensión: hacer reír y salir del cine con una sonrisa. No se la pierdan.  

  


lunes, 5 de marzo de 2012

LA INVENCIÓN DE HUGO (Como soñar a pleno día)



Título original: Hugo. 
Dirección: Martin Scorsese
País: USA
Año: 2011. 
Interpretación: Asa Butterfield (Hugo Cabret), Chloë Grace Moretz (Isabelle), Ben Kingsley (Georges Méliès), Sacha Baron Cohen (inspector de estación), Jude Law (padre de Hugo)Christopher Lee (Sr. Labisse), Emily Mortimer (Lisette).
Guion: John Logan; basado en el libro homónimo de Brian Selznick


  En “La invención de Hugo” conoceremos a Hugo, un niño huérfano, relojero y ladrón que vive entre los muros de una ajetreada estación de trenes parisina. Nadie sabe de su existencia hasta que le descubre una excéntrica niña junto a la que vivirá una increíble aventura.

  Resulta curioso que las dos principales películas de la recién finiquitada temporada de premios versen sobre los orígenes del cine, cuando éste era mudo e inocente en sus planteamientos y comenzaba a ser la gran industria que es hoy, con Hollywood sumido en el agotamiento de ideas y recurriendo a los "remakes", al 3D, a las sagas para adolescentes y al pasado. Tanto "The artist" con esta película fueron las máximas ganadoras de la pasada edición de los óscar con cinco estatuillas cada una, todas técnicas para el film de Scorsese, y bien merecidas: esta última obra suya, la primera en décadas en ser apta para todos los públicos, es un prodigio técnico en cuanto a decorados, fotografía, efectos especiales y un espectacular y adecuado uso de la tecnología 3D (donde mejor se ha empleado esta técnica, según James Cameron, director de "Avatar", y tiene razón), plenamente justificada para sumergirnos en ese maravilloso pasado situado en un París de ensueño. 

  Magníficamente interpretada por un reparto entregado en papeles a menudo de poco relieve, destacan la pareja de niños protagonistas: Asa Butterfield dota al personaje de Hugo de una profundidad dickensiana y Chloë Moretz reafirma con su encanto y profesionalidad la estrella del futuro que está llamada a ser. Junto a ellos, un cómico Sacha Baron Cohen en la línea de los mejores intérpretes de cine mudo y sir Ben Kingsley, devolviendo a la vida al genial niño grande que era Georges Méliès. 

  Película que es un puro entretenimiento para todos los públicos, con una trama que pudiera parecer infantil pero que va tornando más adulta conforme avanza su (quizás un tanto inflado) metraje, es además, de una lección de historia del cine, un homenaje a los pioneros como Georges Méliès, que con su imaginación y entusiasmo dedicaron su vida a la quimera de las imágenes que es el cine, un gozo para los amantes del séptimo arte, empeñada en capturar la inocencia de los orígenes, el deslumbramiento ante la maravilla del cine, de la ilusión y de la magia




viernes, 2 de marzo de 2012

¿Y AHORA ADÓNDE VAMOS? (La religión de las mujeres)



Título original: Et maintenant, on va où?
Dirección: Nadine Labaki
Año:2011. 
Duración: 110 min. 
Interpretación:Claude Bazz Mossawbaa (Takla), Layla Hakim (Afaf), Nadine Labaki (Amale), Yvonne Maalouf (Yvonne), Antoinette Noufaily (Saydeh), Julien Farhat (Rabih), Ali Haidar (Roukoz), Kevin Abboud (Nasim). 
Guion: Nadine Labaki y Jihad Hojeily. 

  En el camino que lleva al cementerio del pueblo, una procesión de mujeres de negro afronta estoicamente el calor del sol estrechando contra ellas las fotos de sus maridos, de sus padres o de sus hijos. Algunas llevan velo, otras una cruz, pero todas comparten el mismo duelo, consecuencia de una guerra funesta e inútil. Al llegar a la entrada del cementerio, el cortejo se divide en dos: uno musulmán, el otro cristiano. Con el telón de fondo de un país desgarrado por la guerra, “¿Y ahora adónde vamos?” narra la determinación sin fisuras de un grupo de mujeres de todas las religiones para proteger a su familia y a su pueblo de las amenazas exteriores. Demostrando un gran ingenio, inventando estratagemas, unidas por una amistad inquebrantable, esas mujeres sólo tienen un objetivo: distraer la atención de los hombres y hacer que se olviden de su cólera y de su indiferencia. Pero cuando los acontecimientos toman una orientación trágica, ¿hasta dónde estarán dispuestas a llegar para no perder a los que todavía quedan? 
  
  Parece un argumento propio de una película coral de Berlanga o Kusturica donde el protagonismo recae en diversos personajes que llevan sus desgracias con humor y que, tras situaciones esperpénticas, salen, o bien reforzados, o todo lo contrario, pero siempre con un hilo de inquebrantable y tierna dignidad. Las comparaciones terminan aquí, pues Nadine Labaki, mujer de mucho talento y belleza, no es tan buena directora como ellos, y no acierta con el tono general de la película, a ratos humorístico, desenfadado y hasta musical, y otros trágico, desesperanzado y violento. Todo ello provoca que uno no sepa muy bien qué está viendo, a qué carta quedarse, aunque justo es decir que el precioso mensaje de fraternidad entre iguales más allá del absurdo de las religiones llega con claridad al espectador, para lo cual se ha valido de escenas que, aunque inconexas, han logrado arrancarnos una sonrisa o emocionarnos hasta las lágrimas. Mención especial a todo el soberbio elenco actoral, sobre todo a las actrices, cada una con una escena para su propio lucimiento y que son el verdadero motor de la historia con sus ideas entre lo disparatado y lo entrañable, apasionadas en mantener a toda costa la paz de su pueblo y sufridoras de unos maridos e hijos que quedan a la altura del betún. Si en verdad, y como parece sugerir la película, lo hombres libaneses son así, estas madre, hermanas, tías, abuelas e hijas merecen ser honradas de por vida.
  
  Irregular y a pesar de todo emotiva, deja un poso agradable y cálido tras visionar las peripecias no siempre exitosas de estas mujeres, hasta concluir en un original e inverosímil final, a la vez duro y divertido, que subraya cuál es en verdad la única religión de las mujeres de esta película: el amor.


DE CINTURA PARA ARRIBA (Error de traducción)



Título original: Dalla vita in poi.
Dirección y guion:Gianfrancesco Lazotti. 
Año: 2010. 
Duración: 85 min. 
Interpretación: Cristiana Capotondi (Katia), Filippo Nigro (Danilo), Nicoletta Romanoff (Rosalba), Pino Insegno (Ciarnò), Carlo Buccirosso (director de la cárcel), Giovanni Cinelli (asistente Vitale), Arcangelo Iannace (don Paolino). 

  Rosalba, que está enamorada de Danilo, un joven que cumple condena en la cárcel. Para ayudarle a sobrellevar la soledad, decide escribirle una dulce y apasionada carta cada día. Al no verse capaz de expresar sus sentimientos con palabras, le pide ayuda a su mejor amiga, Katia, impedida en silla de ruedas. Poco a poco, de esas líneas en principio surgidas de los pensamientos de Rosalba, nacerán los propios sentimientos de su amiga, que serán correspondidos por Danilo… Ambos empezarán a enamorarse a distancia, y comenzará su lucha por estar juntos más allá de cualquier barrera.

   Para empezar, el título original en italiano ofrece un juego de palabras intraducible al español y que está sacado de una escena del film: en su primer y frío encuentro en la cárcel, separados por un cristal, Danilo muestra lo incómodo que le resulta comenzar una relación dada su condición de preso, a lo que Katia arguye que la verdadera razón quizá sea porque ella está en silla de ruedas; entonces él, con una franqueza desarmante le espeta: Dalla vita in poi stai bene, lo que quiere decir, sí, "de cintura para arriba estás bien", pero no sólo eso. "Vita" en italiano significa "cintura" y "vida" (no me pregunten por qué, pero así es), por lo que también podría traducirse como: "De la vida en adelante, estás bien". Es decir, no estás tan jodida como crees; un bonito mensaje que el director quiere hacer llegar al espectador sin conseguirlo verdaderamente, y lo que es peor, sin entusiasmarle.

  Los personajes, bien interpretados por los actores protagonistas cuya interacción teatral entre las cuatro paredes de una habitación durante un permiso de él es lo mejor y más interesante de la película, nos caen bien al principio, cuando no les conocemos, pero a medida que avanza la trama, su pretendida fortaleza ante la adversidad se torna en algo cercano a la antipatía, cosa que ocurre con los personajes secundarios que de tan planos resultan cargantes. Todo ello para sustentar una trama que uno acaba viendo sin interés y llena de tópicos y enseñanzas manidas y fáciles, aunque no por ello falsas.

  No se ve con desagrado, pero tampoco se guarda un gran recuerdo de ella. De hecho, no se guarda casi ninguno, he ahí su gran problema.