Título original: Hugo.
Dirección: Martin Scorsese.
País: USA.
Año: 2011.
Interpretación: Asa Butterfield (Hugo Cabret), Chloë Grace Moretz (Isabelle), Ben Kingsley (Georges Méliès), Sacha Baron Cohen (inspector de estación), Jude Law (padre de Hugo), Christopher Lee (Sr. Labisse), Emily Mortimer (Lisette).
Guion: John Logan; basado en el libro homónimo de Brian Selznick.
En “La invención de Hugo” conoceremos a Hugo, un niño huérfano, relojero y ladrón que vive entre los muros de una ajetreada estación de trenes parisina. Nadie sabe de su existencia hasta que le descubre una excéntrica niña junto a la que vivirá una increíble aventura.
Resulta curioso que las dos principales películas de la recién finiquitada temporada de premios versen sobre los orígenes del cine, cuando éste era mudo e inocente en sus planteamientos y comenzaba a ser la gran industria que es hoy, con Hollywood sumido en el agotamiento de ideas y recurriendo a los "remakes", al 3D, a las sagas para adolescentes y al pasado. Tanto "The artist" con esta película fueron las máximas ganadoras de la pasada edición de los óscar con cinco estatuillas cada una, todas técnicas para el film de Scorsese, y bien merecidas: esta última obra suya, la primera en décadas en ser apta para todos los públicos, es un prodigio técnico en cuanto a decorados, fotografía, efectos especiales y un espectacular y adecuado uso de la tecnología 3D (donde mejor se ha empleado esta técnica, según James Cameron, director de "Avatar", y tiene razón), plenamente justificada para sumergirnos en ese maravilloso pasado situado en un París de ensueño.
Magníficamente interpretada por un reparto entregado en papeles a menudo de poco relieve, destacan la pareja de niños protagonistas: Asa Butterfield dota al personaje de Hugo de una profundidad dickensiana y Chloë Moretz reafirma con su encanto y profesionalidad la estrella del futuro que está llamada a ser. Junto a ellos, un cómico Sacha Baron Cohen en la línea de los mejores intérpretes de cine mudo y sir Ben Kingsley, devolviendo a la vida al genial niño grande que era Georges Méliès.
Película que es un puro entretenimiento para todos los públicos, con una trama que pudiera parecer infantil pero que va tornando más adulta conforme avanza su (quizás un tanto inflado) metraje, es además, de una lección de historia del cine, un homenaje a los pioneros como Georges Méliès, que con su imaginación y entusiasmo dedicaron su vida a la quimera de las imágenes que es el cine, un gozo para los amantes del séptimo arte, empeñada en capturar la inocencia de los orígenes, el deslumbramiento ante la maravilla del cine, de la ilusión y de la magia.
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