Consagración internacional de Penélope Cruz, que poco tiempo después se vería definitivamente reforzada con su gran papel en "Volver" de Almodóvar. La Cruz es más fotogénica que buena actriz, sin por ello ser mala, ni mucho menos, pero la gran parte de las veces no termina de resultarme creíble y le encuentro cierta tendencia a la sobreactuación. Sin embargo, puede enorgullecerse de tener un puñado de buenos papeles que ha interpretado de maravilla, sobre todo si detrás se encuentra un buen director que sepa guiarla.
Éste de Italia, la puta arrastrada protagonista de la película dirigida por el actor que le acompaña en la escena, Sergio Castellito (también magnífico), basada en la novela "Non ti muovere" de su esposa Margaret Mazzantini es uno de sus mejores papeles, por el que ganó el David di Donatello (el Goya italiano). Su siguiente film "Venuto al mondo" es obra del mismo director, basado nuevamente en una novela de su esposa. Esperemos que vuelva a hacerlo igual de bien.
Hay que reconocer que está impresionante: frágil pero fuerte, tiernamente desamparada y con una expresividad en la mirada como en pocos papeles ha demostrado, la naturalidad de su interpretación se debe en gran medida al perfecto acento italiano conseguido a fuerza de clases de dicción, cosa que no le ocurre con el inglés, que habla con un marcado acento español que la encasilla en papeles latinos.
El diálogo que se desarrolla en esta escena no tiene desperdicio. Después de decirle a su amante como se enteró de que la esposa de éste estaba embarazada por un gesto que hizo cubriéndose el vientre, dice, tras un silencio:
-Mi vida ha sido toda así: llena de pequeñas señales que me vienen a buscar.
-No me perdonarás nunca, ¿verdad?
-Dios no nos perdonará.
-Dios no existe, amor mío.
-Esperemos... esperemos, amor mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario