Recuerdo varias escenas, pero no voy a ser original, y voy a recordar la que todo el mundo recuerda. La muerte del replicante Roy Batty y su monólogo, en el que a modo de epitafio recuerda todo lo que ha visto y que nosotros, simples humanos, somos incapaces de imaginar. Líneas que al parecer improvisó el actor que le daba vida, Rutger Hauer, cuya carrera está en caída libre, pero a quien ya nadie le quitará su lugar en la historia del cine.
Las famosas palabras "Todos esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia", han pasado a ser una de las grandes verdades, no ya artísticas, sino filosóficas y vitales de nuestro tiempo, parafraseadas tanto en la última novela de Rosa Montero, Lágrimas en la lluvia, como en una canción inolvidable de Los Piratas: Promesas que no valen nada.
Sinónimo de una vida que tan sólo puede ser vivida por cada uno de nosotros, con momentos vividos que tan sólo nosotros podremos recordar y que se irán con nosotros. Porque la vida es así, y de eso trata vivir, de aceptar que la vida es así, y al mismo tiempo de luchar contra ello.
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