lunes, 28 de noviembre de 2011

Yo me acuerdo de... La muchacha de Londres (Blackmail; Alfred Hitchcock, 1929)

[Nota: Texto elaborado como trabajo para la clase Historia Universal de la Imagen, impartida por el profesor Luis Deltell en la Universidad Complutense de Madrid en el año 2010. Contiene spoiler.]





· Tesis: La influencia del tempo del cine mudo en la construcción del suspense en las películas de Hitchcock.

·   Sinopsis: Alice White, una joven muchacha londinense que trabaja en la tienda de ultramarinos de sus padres, asiste enfadada a una cita con su novio Frank, un detective de Scotland Yard que llega tarde debido a su trabajo. Alice, harta de los desplantes de Frank, mantiene un incipiente coqueteo con un pintor con el que coinciden en el restaurante al que la pareja va a cenar. La cena discurre en un ambiente de gran tensión que culmina con el enfado del detective, que sale del local, aunque minutos más tarde decide volver a entrar justo a tiempo para ver cómo su novia sale acompañada por el pintor. Alice y el artista pasean hasta la casa de éste (no muy lejos de la casa de la chica), que, a pesar de las reticencias de ella, logra convencerla para que entre. Allí, el pintor la cortejará, tocará el piano para ella, le enseñará sus cuadros (en especial, uno que muestra un siniestro bufón riendo) y la convencerá para que se pruebe un vestido. Alice accede, encantada por el interés bohemio del pintor, que empieza a mostrarse impertinente, llegando a besarla sin su consentimiento, dejándola en ropa interior y finalmente forzándola en un intento de violación que acaba cuando ella, durante el forcejeo, acuchilla al pintor repetidas veces con el cuchillo del pan. Aturdida, Alice limpia las huellas y sale de la casa, deambulando por las calles de Londres hasta que por fin regresa a su casa a tiempo para comenzar una nueva jornada de trabajo. Para entonces, el barrio bulle con la noticia del asesinato, cuya investigación recae en Frank, que ha descubierto uno de los guantes de Alice en la escena del crimen y que está dispuesto a encubrirla. Pero el otro guante está en manos de un granuja callejero que chantajea durante el resto del día a la pareja en la tienda donde ella trabaja obligándoles a hacer todo lo que él pide o, de lo contrario, les delatará. La situación cambia cuando Frank descubre que tiene antecedentes penales y empieza a chantajearle con la idea de atribuirle a él el crimen. Todo finaliza con una persecución del chantajista, que ha huido de la tienda hacia el Museo Británico, donde morirá debido a una caída. Ya en la comisaría, Alice le cuenta lo sucedido a Frank, que vuelve a encubrirla, ante la decisión última de ella de culpabilizarse.



·         Comentario: Esta película es la primera sonora que realizó el maestro Hitchcock, proposición que le fue propuesta con el rodaje ya comenzado en versión muda. Es por ello que durante varios momentos del film la no hay sonido y la acción se muestra acorde a las reglas del cine mudo, lo que conlleva un constante cambio de ritmo en las diferentes situaciones que se plantean.

Definamos primero qué es el tiempo cinematográfico. Según Mitry, existen dos formas de medir el tiempo en cine: una forma objetiva (un plano que dura tantos segundos, segundos, la duración de una película, etc) y una percepción subjetiva de ese tiempo, que va marcando el tempo narrativo de la película: su ritmo global. Si cada plano se corta justo en el momento en el que el espectador demanda nueva información, se mantiene vivo su interés. De este modo se consigue el ritmo de atención, o lo que vienes a ser lo mismo, el suspense, entendido como “expectación impaciente o ansiosa por el desarrollo de una acción o suceso, especialmente en una película cinematográfica, una obra teatral o un relato”, según la RAE.
Es evidente, pues, que la base del suspense es la dosificación de la información en el tiempo que conforma el relato cinematográfico. Esta dosificación informativa llega a ser exasperante en el caso de la película que nos ocupa, en especial en las secuencias en las que se desarrolla el chantaje, con una ralentización de la acción, que se detiene en numerosos y largos primeros planos (típicos del cine mudo) de los rostros contrariados de los protagonistas coaccionados, interpretados con una “abundancia” expresiva y exageración en los gestos, propia de los actores de ese periodo, pero que acentúa el dramatismo y la tensión de esas escenas, de marcado carácter teatral, característica de gran parte del cine silente. De hecho, los diálogos en esta película podrían desaparecer sin que se produjera merma alguna en la construcción del suspense. Tal es así, que existe una versión muda del film, la cual tuvo más éxito en Reino Unido que ésta que aquí comentamos.

Asimismo, hemos de recalcar que las mejores secuencias de la película son mudas: tal es el caso de la persecución que abre la cinta y la que la cierra, que culmina en el British Museum; o aquéllas en las que Alice deambula consternada por las calles londinenses. En todas ellas el suspense está elaborado en base a un montaje ágil que no desmerece del practicado por los organicistas rusos, maestros en el uso del tempo narrativo, y que en el film que nos ocupa alterna planos a un ritmo usual con otros de un ritmo acelerado, que al igual que su indecisión sonora, puede provocar extrañamiento en el espectador, pero que contribuyen a crear ese ritmo particular que la hace única y que Hitchcock desarrollaría refinaría en sus títulos posteriores, todos ellos trufados de elementos característicos de su cine, pero que se aprecian con claridad en esta obra temprana: el ácido humor negro británico, una heroína rubia, el encubrimiento de un crimen y la presencia de un falos culpable, el protagonista convencional enfrentado a una situación inesperada que le desborda…



· Conclusión: esperamos haber demostrado, en el limitado espacio del que disponíamos, nuestra tesis de que el suspense logrado por Hitchcock se basa en parte y gracias a la confluencia de otros elementos, ya sea narrativos como técnicos, en el tempo narrativo característico del cine mudo que practicó en sus inicios y que le llevaron a dominar el empleo de los silencios y las pausas en la narración para dotarla de mayor tensión y crear relatos basados en la alternancia de secuencias de intensidad variable, para finalizar con un “rescate en el último minuto”, típico y efectivo instrumento de tensión narrativa, de suspense y de clímax dramático, heredado del gran padre del período mudo: D.W.Griffith.


Por último, la película en su totalidad, en inglés. 





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