Título original: La guerre est déclarée.
Dirección: Valérie Donzelli. Año: 2011.
Duración: 100 min.
Interpretación: Valérie Donzelli (Julieta), Jérémie Elkaïm (Romeo), César Dessix, Gabriel Elkaïm (Adán), Brigitte Sy (Claudia), Elina Lowensohn (Alex), Michèle Moretti (Geneviève), Philippe Laudenbach (Philippe), Bastien Bouillon (Nikos).
Guion: Valérie Donzelli y Jérémie Elkaïm.
¿Conocen la novela de Jean Cocteau "Los niños terribles"? Ésa que conoció una adaptación cinematográfica y que popularizó el término enfant terrible (cuyo origen se debe a la testarudez del joven Pierre Charles L'Enfant) para referirse a esos jóvenes trágicos que se enfrentan al mundo con inocencia y descaro. En ella se narra la relación incestuosa de dos hermanos que viven aislados del mundo y cuyo idílica vida se quiebra ante los peligros de la adolescencia. Del mismo modo, la pareja protagonista de este film parece vivir en otro mundo hasta que la madurez les llega al tener que afrontar el raro cáncer cerebral de su bebé de año y medio, con la inconsciencia de unos niños que sólo pueden pensar en que todo va a salir bien porque la opción contraria, la muerte, no entra en su vocabulario.
La escueta sinopsis promocional: Una pareja, Romeo y Julieta. Un niño, Adán. Una lucha, la enfermedad. Y, sobre todo, una gran historia de amor, la suya. En efecto, la película es, en resumidas cuentas y como la directora se empeña en hacernos ver, una historia de amor de dos jóvenes inmaduros llamados Romeo y Julieta y las fluctuaciones de ese amor al que se agarran como tabla de salvación para superar la fatalidad.
Concebido casi como un cuento moderno(incluidos tres narradores), el film no es una comedia ni un drama. Uno se sorprende riéndose ante el extraño sentido del humor con que los padres conllevan semejante tragedia y las secuelas que al niño puedan quedarle poco después de haberse conmovido cuando éste ha sido llevado a la sala de operaciones para practicarle una operación a vida o muerte. La pareja protagonista es lo mejor de la película, entregada hasta el tuétano en la realización de este proyecto semiautobiográfico cuyo guión firman a dos manos inspirándose en la enfermedad de su hijo Gabriel, el cual interpreta a Adán al final de la película. El candor desarmante que desprenden y ese optimismo a prueba de bombas hace de ellos una pareja singular y atractiva, si bien su comportamiento, despreocupado a veces y un tanto infantil, hace difícil por momentos comprenderlos y empatizar con su forma de encarar la situación, si bien ya se sabe que no existe un manual de buenas costumbres para enfrentarse a la vida cuando ésta nos arrolla.
Están secundados por un puñado de buenos actores que interpretan a sus familiares y a los médicos (alguno real) que acompañan su periplo. Mención especial para el estrafalario pero humano personaje de la primera pediatra, la Dra. Prat, interpretada de maravilla por Béatrice de Staël, a pesar de su corto tiempo en pantalla. Asimismo, hay que destacar la banda sonora, perfecto acompañamiento de la historia, y que brinda momentos de gran emoción como aquél en el que Romeo rompe a llorar en una fiesta mientras suena "Je ne peux plus te dire je t'aime" (el título ya lo dice todo) o esa escena que remite a la comedia musical "Les chansons d'amour" en la que los actores cantan la canción "Ton grain de beauté" compuesta por ellos mismos.
Cuando el film comienza, Romeo y Julieta son niños y son padres. Cuando los títulos de crédito asoman, seguirán siendo padres (uno nunca deja de serlo), pero nunca más niños. Es el precio a pagar por seguir viviendo, aun después de la tragedia.
P.S.: "Los padres terribles" es también el título de una obra de teatro y posterior película de Jean Cocteau, cuyo libro lee la protagonista en un momento de la película.
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