Dirección y guión: Luis Piedrahita y
Rodrigo Sopeña
Año: 2007
Año: 2007
Duración: 114 min.
Interpretación: Federico Luppi (Fermat), Lluís Homar (Hilbert), Alejo Sauras (Galois), Elena Ballesteros (Oliva), Santi Millán (Pascal).
Interpretación: Federico Luppi (Fermat), Lluís Homar (Hilbert), Alejo Sauras (Galois), Elena Ballesteros (Oliva), Santi Millán (Pascal).
Sinopsis: Cuatro matemáticos muy dispares son citados por un misterioso personaje, Fermat, con la excusa de resolver un enigma. El punto de encuentro es una misteriosa habitación que se revela como una trampa mortal, pues los protagonistas han de resolver una serie de acertijos para evitar morir aplastados por las paredes móviles del cuarto, que mengua conforme pasa el tiempo. Entretanto, quedarán al descubierto las relaciones que los unen y los turbios pasados de unos y otros.
Lo primero que vemos es un
fundido en negro. Entonces, se escucha la voz de Alejo Sauras, advirtiéndonos:
si no sabemos lo que son los números primos, mejor que nos vayamos. Semejante
inicio nos intriga, pero nos hace temer lo peor, ante la perspectiva de
encontrarnos ante una película de difícil digestión como “Primer”, por
ejemplo. No es así, es un engaño; como todo en esta cinta, incluido el título.
A pesar de su planteamiento
teatral, no estamos ante una película de arte y ensayo: la ambición del film no
es más que entretener. Es esta falta de pretenciosidad su mejor cualidad, elogiable,
pues habría sido muy fácil plagar la trama de efectismos fáciles y huecos, dado
que el tema de las matemáticas se presta a ello. Éstas no son más que un
mecanismo accesorio y atractivo para introducirnos en el juego de ilusionismo
que es este “thriller de interior”, como lo definen sus directores.
La película es eficaz en su uso
de los elementos narrativos para crear intriga y tensión crecientes, sin
escatimar unos acertados toques humorísticos. Contribuyen a tal fin un guión
tan inteligente como tramposo (ahora no es un halago: algunas situaciones están
un poco forzadas), un atractivo cuarto menguante que es un personaje más de la
película, y una ágil dirección, así como unos actores entregados a sus papeles.
Entre todos ellos destacan Federico Luppi, cuyo personaje es el más enigmático
de todos y no por las razones que pensamos en un principio; y Lluís Homar,
fantástico como matemático sibarita. El resto del elenco, conocido por sus
trabajos televisivos, se muestra solvente en sus interpretaciones y aprovecha
las escenas de lucimiento que les reserva el guión, sobretodo Alejo Sauras, que
es el quien ofrece la interpretación más floja.
No estamos ante una película
redonda, pero garantiza hora y media de buen entretenimiento.
(Entrevista con los directores en:“No queríamos que pareciera que habíamos cambiado el mundo con la película”)
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